ig 





Quizás tengo una afición o un deseo en que las cosas no se gasten. Pero eso es sólo un envoltorio delgado que, al retirarse, conlleva el aceptar la vida de los objetos y las cosas. Probablemente esta idea viene arraigada desde la casa de mis padres, en donde sigo viendo cómo puede gastarse un objeto con el tiempo, sea en su papel de uso o en su versión estática e inútil, donde la naturaleza le pasa por encima.

Los objetos tienen una vida, se relacionan con la materia, con la vida humana y sobre todo con la naturaleza. Su carácter artificial siempre está en constante conflicto con su origen.

El objeto ‘virgen’ tiene esa connotación de pureza, de belleza que genera el deseo en el humano. Pero al mismo tiempo es esa característica la que nos posiciona más alejados de éste. Tenemos una mejor comunicación con los objetos cuando sabemos de su origen, cuando logramos ver con el tacto de la mano. Incluso los objetos que tienen como función ser admirados con la vista: no pueden ser concebidos como individuales; están en contacto permanente con el espacio y el tiempo, es ahí donde los hallamos.



Andro Yurac Iturriaga es diseñador industrial egresado de la Universidad Diego Portales y con base en Santiago, Chile. Su trabajo se sitúa en el cruce entre el planteamiento conceptual -una observación sobre algo- y lo funcional. Existe una preocupación por que los resultados, a través de detalles, sean sintéticos: que respondan a un lenguaje formal simple, de libre interpretación, pero que cumplan bien sus objetivos de uso. Si quieres desarrollar algún proyecto contactar a andro@androyurac.com